Un empleado desleal
En una tienda perteneciente a una firma internacional de alta costura, existía un notable aumento del número de artículos que estaban siendo devueltos por los clientes. A esto había que sumarle un importante descuadre en el inventario de prendas en stock. La aplicación informática reflejaba la presencia en el almacén de prendas que en realidad no estaban ahí. El importe de las devoluciones ascendía a varios miles de euros. Aparentemente todo era normal, ya que la aplicación de gestión del comercio reflejaba que las horas y los clientes que habían devuelto los artículos eran completamente dispares. Sin embargo los responsables de la tienda sospechaban que algo extraño estaba ocurriendo y decidieron contratar nuestros servicios. Uno de nuestros peritos se desplazó a las instalaciones del cliente y se entrevistó con todo el personal implicado, llegando incluso a mantener varias conversaciones con el Administrador de Sistemas, el cual realizaba su actividad en otro país. A lo largo de la investigación, el perito se dio cuenta de que la clave estaba en el programa de gestión. Si había alguna irregularidad, tenía que estar ahí. Tras cinco días de investigación, el experto se dio cuenta de que en realidad existía un agrupamiento en las operaciones de devolución. El agrupamiento no era evidente a simple vista, ya que la aplicación de gestión del comercio no reflejaba dicha circunstancia en ningún sitio. Sin embargo, el perito consiguió reunir pruebas suficientes que pusieron de manifiesto que era el propio encargado de la tienda quien, desde su despacho, estaba llevando a cabo las operaciones de anulación de las ventas, llegando a agrupar en una franja de apenas 5 minutos, anulaciones por un importe de más de 2.000 €. A la vista de las pruebas, el responsable de la tienda presentó su dimisión y firmó un reconocimiento de deuda ante Notario por el valor de la cantidad sustraída.